Seguro que en alguna ocasión os
habéis parado frente alguna tienda donde se vendían cristales o piedras de
diferentes colores, texturas y opacidad y posiblemente os habéis sentido
atraídos por alguna en concreto preguntándoos si tiene algún uso además del
meramente decorativo.
Muchas de ellas ya las conocéis como ornamentos en joyería, os hablo de las piedras preciosas o semipreciosas como el granate, la esmeralda, la amatista, el ámbar, el zafiro, el codiciado diamante, etc.
Si partimos de la base de que
cada cristal o piedra es un cuerpo sólido, con una forma geométricamente
regular, que fue creado cuando la Tierra se formó y han seguido metamorfeandose
a medida que el planeta ha ido cambiando. Los cristales son el ADN de la Tierra,
son diminutos almacenes que contienen los registros del desarrollo a lo largo de millones de años y son
portadores de un recuerdo indeleble de poderosas fuerzas que le han formado, absorbiendo,
enfocando, conservando y emitiendo energía de ondas electromagnéticas.
Dependiendo de las impurezas
químicas, de la radiación, de las emisiones terrenales y solares y el medio
exacto donde se ha formado, cada cristal emite su nota específica de energía,
siendo portadoras de diferentes propiedades.
Debido a que son una excelente
herramienta para restablecer el equilibrio energético en tu cuerpo y potenciar
la energía que te rodea, nos ha parecido interesante incluir un apartado en
este blog donde periódicamente os iremos dando información de las piedras y cristales
que consideramos más importantes.
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